La Calle larga de la Recoleta, primer nombre que recibió la Avenida Quintana, comunicaba el Convento de los Recoletos con el resto de la ciudad. Esta larga calle no se cortaba por ninguna otra en lo que iba desde la Cinco Esquinas hasta Callao y era la más relevante del barrio. Oscura de noche y pintoresca de día, de pobre aspecto, tenía un ancho desigual, carecía de cercas y soportaba el paso diario de peatones, caballos y carruajes.
En ese contexto Don José González Balcarce ideó su residencia y en 1913 el arquitecto Pablo Casabelli comenzó su construcción, trabajando sobre un proyecto del arquitecto inglés Walter Basset.
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